Entre los mayos, es la única danza que tiene dos tipos de acompañamiento musical. El primero se compone de un conjunto de dos violines y un arpa, renombrados instrumentos de procedencia europea y enseñados por los misioneros jesuitas a los indígenas. El segundo de los acompañamientos está conformado por una flauta de dos piezas o de ensamble con tres orificios y un tambor de doble parche, tocados por un solo músico. Los parches del membranófo son por lo regular de cuero de chivo mas es bien conocido entre los tampoleeros que si es de vientre de asno, su sonido y consistencia serán mucho mejor. Es indudable que el tambor es de procedencia prehispánica. La flauta, en cambio, encierra dos dudas. La primera, si es propia de las culturas precolombinas. Y la segunda, si, de existir, era tocada de manera simultánea, como ahora, con el tambor. Es una generalidad escuchar entre los músicos yoremes decir que su bacacusi (flauta) y su tampora(tambor) son los instrumentos más viejos que tienen y que de ahí se originaron muchas de las melodías que interpretan los músicos de violines y arpa, por lo tanto a los sones de flauta y tambor se ha dado en llamarlos “pascola antigua”, pero falta todavía comprobar si ello es cierto, ya que no se encuentran antecedentes fiables que lo comprueben ano ser por las tradiciones orales de los propios músicos indígenas. Los instrumentos son de manufactura propia sin incluir los violines que son comprados en el mercado citadino y condicionados al gusto del ejecutante.
El danzante inicia por colocarse una gran manta sobre el pantalón formado con ella una zapeta que remata en su ajuste final con dos sobrantes, uno a cada lado de la cintura al muslo, de modo que semejen triángulos o cuadrados imperfectos. Colocada la zapeta ciñen su cintura con una faja (buicosam) desde donde cae otra de mayor extensión dividida en dos, para sobreponer cada mitad en ambos muslos, amarrando los extremos arriba de las rodillas. Alrededor de las pantorrillas enredan los capullos de mariposa convertidos en instrumentos sonoros llamados tenábaris, con una extensión, para cada lado, de dos y medio a tres metros de largo aproximadamente. Para la cintura usan como idiófono una serie de cascabeles de bronce sujetos en cadenas o tiras de vaqueta pendientes de un cinturón a los que nombran coyolim.
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